11 de enero de 2015

Discordants: Personajes

Personajes principales





ELLA: Cati –Irene Hernández–
Se nos presenta a la protagonista de entrada como una mujer que sufre; pues la vemos por primera vez infeliz tras unas rejas con la cara desfigurada por el dolor. Cati protagoniza diversos debates internos sobre qué hacer y cómo actuar frente al hecho de ser portadora del VIH y el posible hecho de tener una relación amorosa. Vemos dicho debate gracias a la cita que le propone él: inicialmente acepta la cita pero, sin embargo, no acude. Tiene miedo y lo plasma con su mirada, con su gesticulación, con su modo de actuar. Miedo, ¿a qué? Parece que tiene miedo a sí misma, y también a la muerte. Finalmente se imponen las ganas de vivir y le concierta una cita para ese mismo momento; pues sabe que es mejor que no tenga tiempo para pensar en si es o no lo correcto; debe actuar por impulsos. Cati, prácticamente en el minuto uno de la cita, le explica a Nacho que es portadora del VIH. Los acontecimientos llevan a que se sigan conociendo y ambos se enamoran.
Ella, puesto que está enamorada, sufre: no quiere ser un peligro para la persona a la que ama pero tampoco puede dejar de amar a Nacho. Es un personaje trágico y prácticamente sin notas de comicidad –a diferencia de Nacho–. Se nos presenta como una mujer luchadora, que evoluciona. Evoluciona en tanto que en la primera situación límite a la que se ve sometida, parece que va a estallar y, en cambio, en la segunda situación límite, trata de actuar con mayor serenidad. No pierde, aún así, su semblante triste: sabe que no es una relación normal y que él la acepta porque está enamorado. Tras el transcurrir de los acontecimientos, vemos finalmente a una Cati algo más feliz que acepta su condición pero que, aún así, no deja de tener ese halo de tristeza en la mirada.

ÉL: Nacho –David Teixidó–
Nacho se nos presenta inicialmente como un hombre feliz, alegre, sin preocupaciones, sin miedos; contrapuesto completamente a Cati. Ambos se conocieron estudiando el Posgrado y, sin embargo, parece que él sigue siendo el mismo –con esa alegría, esas ganas de vivir, ese entusiasmo de juventud– y ella es otra persona distinta: ha cambiado. Una vez que él se entera de que ella es portadora del VIH, siente miedo pero inevitablemente se enamora de ella. Es un personaje observador, que plasma en una libreta sus percepciones –aunque el espectador nunca llega a saber cuáles son– y que lo arriesga todo por amor. En un principio es un personaje que mantiene siempre la calma y trata de provocar la sonrisa de Cati constantemente –por ejemplo, cuando imita la posible reacción de su madre al contarle que su pareja tiene VIH–. Nacho sufre un cambio muy potente en la obra: cuando teme haberse contagiado. En ese momento, se siente débil, necesita atención, está asustado y piensa en la peor de las consecuencias. A pesar de que ella trate de tranquilizarle, él ya se ha cuestionado una serie de cosas que hacen que la relación haya sufrido una grieta. A partir de ahí, comienza a obsesionarse con cualquier cosa y a ver peligro en todos lados. Nacho siente que sus inquietudes y sus miedos no son tan importantes como las de Cati, y siente que él no recibe toda la atención que merece. En este punto, es Cati quien trata de poner serenidad sin conseguirlo. Finalmente, a Nacho le pesa también más el amor que siente por Cati y consiguen reparar esa grieta; demostrando que el amor lo puede todo.

Personajes secundarios

El juez – el doctor – la gallina
Los tres personajes secundarios que aparecen son representados por un mismo actor: David Marín.


El juez: es el primer personaje que respresenta este actor. Aparece en una sola ocasión y tiene la función de ser la “conciencia” de ambos protagonistas –Nacho y Cati-  ante el primer accidente inesperado. Aparece en la oscuridad, con un látigo con el que metaforiza el castigo de los protagonistas por dejarse llevar por los sentimientos y no por la razón al emprender esa relación. Crea al público una sensación de angustia puesto que atiza con el látigo a ambos dándoles los motivos por los cuales no debían haber iniciado esa relación. Declara a ambos personajes culpables de lo que, en realidad, es un desafortunado accidente.

El doctor, Carlos: este es un personaje curioso. De entrada, se denota su buena relación con Cati y le presta a ella todas las atenciones mientras que acuden a la consulta porque es Nacho quien teme haberse contagiado. El doctor trata en todo momento de no alarmar a la pareja –sobre todo a Nacho– y trata de restarle importancia al accidente que les ha ocurrido. Sin embargo, esa tranquilidad y serenidad que demuestra llega a frustrar a Nacho –e incluso al público, que siente empatía por el protagonista al que ve sufrir preocupado– y Nacho marcha de la primera visita enfadado con el doctor y con el mundo en general. Sin embargo, entre el doctor y Nacho se acaba creando una complicidad hacia el final de la obra cuando Nacho acude solo a la consulta cuando se siente ignorado por Cati, y entonces parece que el doctor es el único que le presta atención. Además, es también el doctor quien nos da la clave del título: Discordants –pareja en la que uno es portador del VIH y el otro no–.

La gallina: se trata de una personificación de la conciencia de Nacho. Le vemos entrar y se va amanerando cada vez más acabando por convertirse en un prototipo muy estereotipado de persona homosexual “con mucha pluma” –de ahí el disfraz–: se pinta los labios, camina de forma muy femenina, gesticula y habla exagerando también esa feminidad,... El pollo sirve, pues, para dar comicidad a la obra y despertar la carcajada del público. Sin embargo, el contenido de todo lo que dice es de una crueldad y crudeza extrema. Tal vez sin ese disfraz, podría ser el elemento trágico más potente ya que los clichés en los que cae son los típicos de la sociedad y al ser la conciencia de Nacho nos encontramos que es la parte más racional que trata de impulsarle a abandonar el amor de Cati. Es también este personaje quien cierra la obra con un baile cómico pretendiendo dejar al público con la sonrisa en la boca y no con un semblante triste que sería probablemente el natural al finalizar una obra de esta temática.  

Os dejamos con una entrevista de los personajes. 



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